
La reparación de parabrisas consiste en la inyección de resinas de alta densidad (agentes de unión) en las zonas dañadas, mediante inyectores especialmente diseñados para tal fin.
Una vez inyectadas las resinas en las fisuras, éstas son curadas (endurecidas) mediante la exposición a una fuente de luz ultravioleta (UV) recuperando así la fortaleza original de la unión de las láminas del vidrio y evitando la expansión del daño.